comunicado extra #3


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comunicado #20



La caricaturización de la ciudad y los nuevos ‘héroes’ urbanos /

Los iconos urbanos de una ciudad en guerra.

Nuevas y peligrosas artimañas salen de las entrañas de la tierra, en el cuartel de la Liga de la Justicia criolla (EDU) nuestros héroes se preparan para afrontar el problema de la arquitectura y el espacio público en Medellín, y aquí esta Johncito para defendernos de las atrocidades urbanas y para ello hace un CAI con un faro para que alumbre la ‘tranquilidad’ de los habitantes de los barrios menos favorecidos y los malhechores sientan miedo y culpa… porque si no es por Johncito, estaríamos peor que en Gotham City, pero no, es Medellín City…

“No contaban con mi astucia…” nos dice Johncito mientras se soba con los niños del sector.

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La ciudad continua en guerra, igual de urbana como la conocemos pero esta vez menos enmascarada y más directa… ahora sí es más real y la sentimos todos; como las luchas ancestrales por el territorio y el poder, aquí se le suma el narcotráfico como inspiración.

Como es de conocimiento general, el gobierno municipal destina capital dentro de sus planes de inversión social a estas comunidades que presentan una descomposición social más fuerte debido a la marginalidad y propia exclusión de la ciudad, al final estos ‘territorios vagos’ son los que empiezan a ser ocupados por los grupos de narcotráfico y delincuencia común ante la desprotección y ausencia gubernamental; y es cuando las cosas tocan fondo, todos quieren intervenir y tener parte del protagonismo para decir “yo estuve allí y si no es por mí, nada de eso existiría…”. La EDU (Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín) gestiona muchos de estos proyectos de rehabilitación espacial y equipamiento de estas zonas, y hasta ahí muy bien!

El CAI (Centro de Atención Inmediata de la Policía) del barrio La Avanzada se convierte como icono ‘absurdo’ y que en cierta forma ridiculiza a un sector de la ciudad que ha sufrido la guerra urbana de Medellín de una forma tangible y por lo tanto lo vuelve en territorio lo suficientemente sensible en donde cualquier tipo de intervención debe ser con un ‘especial’ cuidado; aunque las autoridades de policía hayan querido la construcción de un CAI para el “control y presencia” policial en la zona, para lo cual la EDU desarrolla el proyecto y luego lo insertan y lo hacen ver como “un icono de la seguridad y felicidad de sus habitantes”, siendo esto lo suficiente fetichista y mas para una ciudad que está empezando a vivir de iconos absurdos de la arquitectura. La ambición de tener un faro (al mejor estilo Batman), como punto de geo-referenciación (¿?) para suponer decir que allí hay un CAI (¿?) y para ensalzar lo facha de nuestro gobierno y fuerzas públicas y armadas (¿?)… y luego, tenemos a un personaje que se llama Johncito el cual se expresa y comunica por redes sociales diciendo que estas intervenciones “le llevan la sonrisa a los niños y la esperanza a los habitantes”; pensamos que este tipo de arquitectura debe ser mas una solución y/o respuesta mediática a hechos sociales y políticos de una comunidad, mas no (como lo propone Johncito) una respuesta romántica de un proyecto arquitectónico cualquiera.

Medellín tiene mucho que invertir en un desarrollo social de sus barrios más marginales, en la elaboración de una red de infraestructuras que soporten a una comunidad, como casi siempre la política de turno ayuda y entorpece estas intervenciones, pero sin duda lo que más entorpece es que se asuman este tipo de intervenciones como una lista de ‘relleno’ sin una clara consciencia social y ciudadana; y lo peor aún, que personas como Jhoncito (como parte de la maquinaria mafiosa* de la EDU) siga “gestionando” estos proyectos.


(*) Hace referencia a las ‘mafias’ de los puestos políticos que muy bien acostumbrados estamos en Colombia, y es más triste aun que el gremio de arquitectos empieza a hacer parte de esa mafia politiquera en donde cachos y topos han sabido aprovechar muy bien para sus proyectos profesionales personales.